En la oscuridad del abismo, la fantasía abyecta de un submundo mejor nos paraliza. Quizás no debiéramos saltar.
Quizás, al final de la escapada, nos espera una vendedora de helados de ojos claros y cálida voz, que nos entrega su cuerpo a la luz de una lámpara vieja y una estufa de butano.
Al despertar, ella sigue ahí, pero nosotros ya no estamos, porque ya no somos.
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2 comentarios:
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a mi me gustaria dejar el siguiente comentario:
yo todos los dias me masturbo mirando fotos de godard. mi foto favorita es una que esta en este blog, una que esta godard con el brazo musculoso
me excitan los músculos de godard
quiero cojerme a godard
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