Marta Sánchez estaba desesperada porque su amor es una esmeralda que un ladrón robó.
Yo estoy desesperado porque ya no sé cómo llegar a madrid sin retraso. Vueling, Spanair, Iberia... todas han merecido mi confianza en un momento dado, pero en ninguna puedo confiar ya.
Por todo ello, y más, puto godard.
ps a veces me pregunto si el motivo de mi desesperación no es casi tan patético como el de la sánchez. y entonces me tumbo en el sofá, enciendo un porrete, y me olvido de godard y el ruido de los aviones, dos conceptos paralelos.
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