Putos niños

Lo que sigue es una anécdota verídica de principio a fin, aunque hemos optado por no mencionar los nombres de los protagonistas y substiturlos por los primeros que nos han venido a la cabeza: Manolito y Godardito, en homenaje a Manolo Escobar y a Jean-Luc Godard, respectivamente.

Manolito es un niño normalito y un poco gafe, y vive cerca de Godardito, en un barrio feote de los suburbios barceloneses.
Godardito es un gamberrillo y un cineasta amateur que está haciendo sus pinitos en ese movimiento artístico underground llamado happy slaping, y su gran contribución a este género es una pequeña película intitulada Colleja a Manolito que se rodó hace ya varios meses en las localizaciones interiores del instituto de educación secundaria obligatoria del barrio. Vamos, que un día, entre clase y clase, un miembro del equipo del rodaje golpeó a Manolito con la mano abierta en la nuca, y Godardito lo gravó con el móvil y lo subió al youtube y durante meses se estuvieron pegando unas risas a su costa.
Manolito aceptó su papel en la película con deportividad, no era ni la primera ni la última colleja que recibía en la vida, y quejarse hubiese propiciado quizá una secuela o quizá incluso una saga de esas interminables como la del espía británico James Bond.
Pero la semana pasada, Godardito y sus secuaces estaban revisionando su obra en la sala de ordenadores del colegio cuando los pilló un profe. Al pobre funcionario le pareció que era un poco humillante para Manolito salir en internet en ese plan y se quejó al tutor de Godardito. El tutor llamó a los padres de Godardito e hizo todo lo posible para que se tomasen las medidas disciplinarias correspondientes, pero la familia del pequeño cineasta pertenece a una de esas etnias gregarias con un sentido del honor muy peculiar, y no suelen hacer mucho caso del criterio de los profesores.

Al día siguiente, cuando Manolito salió del colegio, le estaban esperando cinco primos de Godardito y le pegaron una paliza tal que lo mandaron a urgencias.